Esta vez no comparto foto. Esta vez sí que me niego. El dolor del pobre animal visto en una sola foto es demasiado. Sólo esa mirada, ese dolor. Ojalá pudiera salvarlo. Ojalá pudiera salvar a tantos animales del cáncer que es la humanidad. Tengo un conejo de ángora. Mataría a quien le hiciera daño. Lo mataría. No quiero ni ver el video adjunto. Sólo quiero q la humanidad deje de ser un cáncer en la tierra, un monstruo horrible. Una verguenza.
En este texto con video incluído (el cual yo no quiero ni ver, lo siento, pero tengo un tope), nos hablan de como en China, en donde el maltrato animal no está penado y en donde estas cosas no se miran, trabajadores les arrancan en vivo, a lo bestia, el pelo a los pobres conejos, mientras estos se revuelven entre gritos de dolor. Lo siento pero no puedo. No puedo ni volver a ver esa imagen de cabecera, ni volver a leer ese texto, ni imaginarme ver un video que quizás me haría saltar por la ventana o viajar a China. Y matarlos a todos.
Según el texto, si mal no recuerdo, pq no pienso volver a leerlo, el 90% del ángora viene de China y de animales tratados como se describe en el texto. Yo tengo jerseys con lana de angora. O con angora. Creo. No sé si los tire. Asco me da ahora. Pero hay lana de ángora, ¿no? ¿No? Asco me da el ser humano.
Al margen de eso, en este enlace que duele de ver, q ya he comprtido más arriba, al final de todo, hay una pledge en la q se firma no comprar ropa de animales maltratados así. Yo la he firmado. No sé si sirve de algo, quiero decir, más allá de decir q no harás daño a animales, conejos, para conseguir ropa; o si serviría para que a esos personajes se les cortasen los huevos en vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario